Por: Julio Erthal
oct 04, 2016
Eficiencia energética
El sector industrial es el que más energía consume en Brasil, más del 35% del consumo total del país. Como tenemos una de las tarifas energéticas industriales más caras del mundo, los gestores optan por alternativas que “aparentemente” consumen energía, como la generación fotovoltaica.
Decimos aparentemente aquí entre comillas, pues algunas formas de reducción utilizadas por la industria son una gran ilusión. Entre ellas, podemos mencionar la instalación de paneles fotovoltaicos para generar localmente parte de la energía utilizada en la propia planta.
Es cierto que tienen un gran atractivo, ya que estos sistemas generan energía renovable a partir de los rayos del sol. En otras palabras, es una fuente mucho más limpia y con impactos ambientales reducidos en comparación con las fuentes tradicionales.
Quienes piensan que la eficiencia está garantizada solo con la instalación de paneles se equivocan. O de alguna manera ahorraría dinero. Lo cierto es que esta tecnología no promueve la eficiencia, todavía es cara en Brasil y tiene períodos de retorno muy altos. ¡Pueden durar hasta 20 años!
Especialmente para industrias que tienen tarifas energéticas más bajas por haberse unido al mercado libre de energía.
Ahí es donde entra en juego la eficiencia energética. Aunque el nombre no es muy atractivo ni tiene mucho impacto mediático, es, por mucho, la mejor solución para reducir el consumo energético en la industria.
Al implementar medidas que reducen el consumo, se destruyen los residuos y se reduce el consumo energético.
La generación fotovoltaica no es la solución para reducir la cantidad de energía consumida en la industria. Simplemente agregó más energía para ser utilizada en los procesos industriales.
La eficiencia energética es la única alternativa para ahorrar energía y debe ser una prioridad en la gestión energética. Las medidas de eficiencia tienen un retorno mucho más rápido que cualquier oportunidad de generación.